Vuelco en el caso Pegasus. El presidente Pedro Sánchez y la ministra de Defensa, Margarita Robles, también han sido espiados con el programa israelí que, en teoría, solo se vende a gobiernos y agencias oficiales. Los piratas extrajeron del teléfono del jefe del Gobierno una enorme cantidad de información: 2,6 gigas de datos que consisten, únicamente, en miles y miles de selfis del presidente posando sin camiseta en el baño de La Moncloa y también en otros espejos.
«No sabemos si usarán esas fotografías para chantajear al presidente amenazándole con hacerlas públicas, pero no cederemos al chantaje porque España no negocia sus políticas de esa manera y porque el presidente está espectacular en todas y cada una de las fotos», han confirmado fuentes cercanas a la presidencia.
«¿No hay nada más? ¿Ni planes de su política exterior, ni conversaciones sobre seguridad nacional, ni mensajes con otros políticos? ¿En serio no hay nada más? ¿¡Pero qué puta mierda es esta!?». Con estas palabras ha recibido las fotografías la persona que ha pagado unos 30 o 40 millones de euros —y de la que se desconoce por ahora su identidad— por esos datos.
A fin de recuperar «el trabajo perdido» y no volver a cometer errores que comprometan la seguridad del país, Sánchez ya ha agendado una reunión con una fotógrafa profesional que le hará una sesión de fotografías «de tocador» con calidad profesional y con una cámara sin conexión a internet.