- La actualidad del mañana -
- La actualidad del mañana -

Este es tu último artículo gratis este mes. Te queda un artículo gratis este mes. Te quedan unos pocos artículos gratis este mes.
No renuncies a la Verdad, suscríbete

Suscríbete

La derecha critica que la nueva ley del aborto elimine «toda la emoción y sensación de aventura» que suponía tener que fugarse de casa y acudir a la clandestinidad para interrumpir el embarazo

Este contenido es posible gracias a las personas que respaldan El Mundo Today con su suscripción. Ayúdanos a seguir siendo el mejor medio de información del país y suscríbete.

A fin de quitarle toda la emoción, el Gobierno plantea una nueva ley del aborto que permitirá interrumpir el embarazo a partir de los 16 años sin permiso de los padres y, por lo tanto, sin necesidad de huir de casa, caminar por la carretera durante tres días y acudir a los bajos fondos de la gran ciudad, donde probablemente se conozca a un sinfín de personajes marginales e interesantes. «No entendemos por qué el Gobierno quiere convertir el aborto en un tema aburrido, quitándole toda la diversión al hacerlo legal», lamentaba ayer una política de derechas, reclamando mantener una normativa que «pone el foco en el peligro, la intriga y la aventura de buscar refugio en la clandestinidad y pagar la intervención con las joyas robadas a mamá justo antes de abandonar el hogar paterno, quizá para siempre».

La nueva ley propuesta por el ministerio de Irene Montero evitará que las mujeres más jóvenes, especialmente las que disponen de menos recursos, se vean obligadas a abortar rodeadas de inmundicia en un sótano húmedo o en una casa abandonada de las afueras poniéndose en manos de una mujer llamada «La pelos». Algo que la derecha considera que es «la gracia de abortar».

«Con esta nueva ley, y con tantas garantías, tanta pulcritud y tanta burocracia, ¿quién querrá abortar? ¿Dónde está el peligro? Es un paso atrás», ha insistido la derecha, reivindicando que se recupere una normativa de planificación familiar que pase por conocer el mundo de la delincuencia para poder interrumpir un embarazo. Los conservadores recuerdan también que ya ni siquiera es legal protestar en las puertas de las clínicas abortistas, «lo que al menos añadía algo de dramaturgia al proceso».

«¿Qué será lo próximo? ¿No poder enviar al móvil de las chicas que abortan audios de bebés llorando para que no puedan dormir por las noches por el llanto de los no nacidos, con lo que disfrutan los adolescentes con las notas de audio y las historias de miedo?», lamenta la derecha.

spot_img

Apúntate a nuestro boletín de titulares

Últimas publicaciones

spot_img
spot_imgspot_img