El publicista madrileño Rafa Hill ha vivido esta mañana una experiencia cercana a la muerte al chocar contra un gastrobar con su patinete y clavarse sus gafas de sol Ray-Ban en la frente. La segregación de noradrenalina ha hecho que viera pasar su vida entera por delante, con numerosas pausas para la publicidad.
«Antes de aparecer la luz al final del túnel me he tenido que comer un ‘prerroll’ de Iberdrola sin botón de ‘skip’, y yo pensando ‘Por favor, que acabe esto ASAP'», comenta Hill ya desde el hospital de La Paz, donde pudieron reanimarlo.
Lo que peor le ha sentado al publicista ha sido tener que ver anuncios de agencias de la competencia, y algunos en los que él mismo participó y de los que no está particularmente orgulloso. «Cuando te estás muriendo te dan igual las barritas de merluza», protesta. «Diosito mío, si esto es lo que tienes preparado, mejor dale una vuelta», agrega.
Con tiempo para reflexionar sobre lo ocurrido, Hill ha concluido que es «muy probable» que en el Paraíso haya capitalismo, y de ahí que en los instantes previos a la muerte se incluya publicidad. No tiene en cuenta la creencia mayoritaria según la cual los publicistas y, en general, los profesionales del marketing, van todos directos al infierno.