En la tarde de ayer, durante una partida que estaba ganando, el ajedrecista Magnus Carlsen se dirigió a Arkady Dvorkovich, presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, y le pidió un táper para poder comerse en casa las piezas de su rival. “Ya no me caben más, ¿me podríais poner el resto en un táper para mañana?”, solicitó el mejor jugador de la historia de este deporte.
Carlsen llevaba toda la tarde comiendo piezas y llegó realmente empachado a las últimas partidas. “Estuvo comiendo piezas de gran tamaño, mucha dama, mucho caballo y mucho rey”, explican los periodistas especializados en ajedrez. “Por momentos estaba tan lleno que ni quería seguir comiendo piezas de los rivales. Ha llegado incluso a estar cerca de perder en una ocasión”, informan.
Aunque normalmente no le gusta recurrir a ello, al final Carlsen optó por pedir el táper. “También llevaba un par de tablas, y eso llena bastante”, justifican los periodistas. Algunas piezas de ajedrez saben incluso mejor si se comen al día siguiente. “A mí personalmente los alfiles, en especial los negros, recalentados me parecen incluso más ricos”, ha reconocido el gran maestro.
Ahora, en casa de los Carlsen preocupa que las piezas que se ha llevado se estropeen y tengan que desecharse, como ya pasó con unas fichas de parchís que acabaron en la basura después de pasar dos semanas en la nevera.
