Por lo que sea, gran parte de la ciudadanía empieza a caer en un desánimo cada vez más extendido que podría deberse a la amenaza de una Tercera Guerra Mundial, de la que la prensa se hace eco casi a diario.
El reciente descubrimiento sobre un asteroide que podría impactar contra la Tierra el mes de mayo de este mismo año y que acabaría con nuestras vidas súbitamente, también podría ser una causa para la incertidumbre y, quizá, la ansiedad sufrida por miles de personas estos días.
No se sabe con exactitud si la posibilidad de una guerra nuclear con la que amenaza Vladímir Putin podría estar también influyendo en el desasosiego que experimentan los ciudadanos estas semanas, aunque también se explicaría por el aumento de precios en los supermercados, justificado hasta ahora por la inflación, o la inminente escasez de alimentos que se prevé durante la huelga de transportistas.
“Vete tú a saber”, dicen los expertos, “si el hecho de que más de 4,5 millones de españoles no puedan apenas pagar la factura de la luz, implicando esto pasar frío en invierno, podría también ser una de las razones de la inquietud general”.
Y, por lo que sea, el futuro cada vez más negro que se presenta en los medios de comunicación podría tener algo que ver con la depresión que ya en 2020 se cifraba en 5,4% de la población (2,1 millones de personas).
Según los expertos, también deprimidos, quién sabe si los más de 17.000 nuevos parados podrían encontrarse en una situación de desesperación y desánimo, por la razón que sea.
Es difícil saber con precisión si el decaimiento sufrido por los jóvenes podría estar relacionado de alguna manera con el 27% de paro de personas entre 20 y 29 años, sumado al excesivo precio de los alquileres que hacen imposible que puedan independizarse.
Por lo que sea, nada parece tener sentido ahora mismo y solo nos queda observar indefensos el peligro inminente de ese horizonte incierto, oscuro, apocalíptico y desesperanzador que se acerca violentamente, como un tornado, amenazando con engullirnos a todos hasta despojarnos de cualquier resquicio de luz, que encima está carísima.
