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La humanidad echa de menos los viejos tiempos en los que su única preocupación era la destrucción de la Tierra por el cambio climático y no por la amenaza nuclear

"OH, QUÉ PENA QUE NO VAYAMOS A VIVIR LO SUFICIENTE COMO PARA VER EL COLAPSO DE LA BIODIVERSIDAD", LAMENTAN LOS HUMANOS

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Tras asumir que la destrucción del planeta por algún tipo de evento nuclear de gran magnitud derivado de una más que probable Tercera Guerra Mundial es inevitable, la humanidad ha empezado a echar de menos los «buenos viejos tiempos» en los que la única amenaza para la supervivencia de la especie era la emergencia climática. «Oh, ahora mismo mataría por pensar que la mayor amenaza para la humanidad es ser devorada por enormes tsunamis, por la escasez de comida y por el colapso de la biodiversidad», ha dicho esta mañana el conjunto de los hombres y mujeres que viven en el planeta Tierra.

«Oh, tío… ¿te imaginas que vivimos lo suficiente para ver cómo las temperaturas suben y estamos obligados a comer insectos y cosas así? Pero, en fin, no seamos optimistas», dice la humanidad.

Todas las personas del planeta han expresado esta mañana su malestar por pensar que, probablemente, si viven la experiencia de comer insectos no será a causa de una ganadería insostenible sino por el hecho de que la crisis energética derivada de la guerra hará imposible sostener la cadena de suministros. «Ahora mismo es iluso pensar que el planeta va a acabar destruido por la emergencia climática de aquí a unas décadas y no por la guerra de aquí a unos meses», insiste la humanidad.

«Oh, joder, ¿te acuerdas de cuando creíamos que podíamos salvar el planeta usando cañitas de papel?», se han dicho las personas unas a otras recordando los viejos tiempos en los que todo era de color de rosa y la temperatura iba a subir solo 5 o 6 agradables y, a la larga, letales grados centígrados y no los 100.000.000 fulminantes grados que alcanza una bomba nuclear.

Al cierre del artículo, la humanidad no ha podido evitar sentir nostalgia de la época en la que las crisis económicas eran resultado de la especulación y de los errores inherentes al sistema capitalista y no de una guerra de dimensiones planetarias.

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