Tras un “apasionado saludo” que lleva cinco días prolongándose, los equipos de Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, presidentes de España y Francia respectivamente, no saben cómo decirles a sus líderes que, por favor, dejen de darse “el lote” y entren de una vez a la reunión, donde les esperan otros mandatarios. “Estamos ahí de aguantavelas y hay desafíos extremadamente urgentes que tratar”, ha explicado a El Mundo Today Matilde Asensi, asesora de Sánchez.
“Empezaron con palmadas en la espalda y luego pasaron a los abrazos, a las caricias y a los besos… Y no es momento, no es momento. No es el lugar”, dice Asensi. Ella y otros miembros de la comitiva española (y de la francesa) llevan ya cinco días a la intemperie en los jardines de Versalles, donde debería haberse celebrado una reunión el pasado viernes.
“Aquí estamos, esperando a que terminen, mirando al suelo y… Oyendo simplemente el sonido de sus labios”, se queja.
Según los testigos, cuando parece que van a terminar de “saludarse”, uno de los dos vuelve a agarrar al otro por la cintura y todo empieza de nuevo.
“No queremos poner freno al amor, pero estamos aquí para afrontar una de las más graves crisis de la Unión Europea y no nos referimos, precisamente, a sus respectivos matrimonios, que damos por muertos”, explica también un miembro del equipo de Macron. Según detalla, ambos líderes se quitaron sus anillos de casado el pasado martes.