Un estudio multidisciplinar sobre comportamiento canino presentado esta semana confirma que, después de siglos oliendo culos, los perros se sienten ya preparados para comérselos y consideran que están «en su punto». Desde hace unos meses, pues, es habitual que, tras un breve saludo, los perros pasen directamente a comerse el culo unos a otros sin los reparos iniciales.
«Antes de animarse a comer caca estuvieron oliéndola durante doscientos años», certifica Isa Lara, jefa de la investigación, que considera «relativamente rápido» el proceso de evaluación de los culos. «No le hacen ascos a nada, pero antes de lanzarse muestran mucha cautela, lo que explica su supervivencia», argumenta Lara.
El hecho de que los perros hayan abandonado los reparos a la hora de comerse los culos contribuirá a estrechar sus lazos y a establecer «relaciones de estrecha confianza». Isa Lara admite, eso sí, que «dicha confianza da asco».
Sobre la posibilidad de que los perros se hayan animado a comer culos por imitación, al ver que algunos seres humanos hacen lo mismo en la intimidad, el estudio no es concluyente. «No queda claro quién imita a quién, habrá que ver si, ahora que los perros se han soltado, los humanos se animan también a comerse los culos en público y con naturalidad», razona la experta.
