Viendo que las turbulencias daban paso a una despresurización en cabina y que el avión empezaba a descender sin control hacia el suelo, una azafata se ha apresurado esta mañana a cobrar un bocadillo a un pasajero. “Por favor, págueme ya porque nos vamos a estrellar”, le ha pedido con tono amable mientras el avión caía en picado a más de mil kilómetros por hora.
Debido a los nervios por el inminente accidente aéreo, el pasajero ha sido incapaz de encontrar dinero en efectivo en su cartera. “Juraría que tenía un billete por aquí”, se disculpaba mientras trataba de esquivar las embestidas de la máscara de oxígeno. “¿Te puedo pagar con tarjeta?”, ha gritado para hacerse entender entre los gritos de pánico del resto de los viajeros.
“Por supuesto, no se muera, que voy a por el datáfono”, le ha pedido la azafata con una sonrisa antes de abrirse camino entre la gente amontonada en el pasillo del avión. “Por favor, apaguen los dispositivos electrónicos”, ha ordenado a los pasajeros que intentaban despedirse de sus seres queridos. “Oiga, aquí no se puede fumar”, le ha reñido a un hombre que pretendía echarse el último cigarro de su vida.
Afortunadamente, la azafata ha podido llegar a tiempo al asiento del pasajero con el datáfono y le ha cobrado el bocadillo antes de que el avión se estrellase. La aerolínea ya ha tranquilizado a todo el mundo informando de que los 7,50 euros ya han llegado a su cuenta bancaria.