«No eres tú, es mi nutricionista». Con estas palabras ponía fin Güise Rodríguez a una relación de más de diez años con una persona que, al parecer, contiene gluten. «No compartimos los mismos valores nutricionales», argumenta Rodríguez.
Insiste Güise Rodríguez en que «esas cosas hay que decirlas al principio. No es que yo discrimine a los que contienen gluten, sé que no es su culpa, pero tampoco la mía: para mí es una relación tóxica», zanja.
«Lo que me interesa de las personas es el interior, no la apariencia externa, que puede seducirte pero esconder cosas como el gluten que con el tiempo te hacen sentir mal. Y yo me sentía mal y no sabia por qué», confiesa. «Ya podía yo sacrificarme con la comida, que nada cambiaba. La causa de mis males la tenía su gluten», razona.
La mayor ligereza que siente ahora que ha dejado atrás la relación tóxica permite a Rodríguez afirmar que ha obrado bien. «No era trigo limpio esa persona», concluye.