Encontrar tanxugueiras frescas estos días es una misión imposible en España. La repercusión obtenida en el Festival de Benidorm ha derivado en una auténtica fiebre por las tanxugueiras y ni siquiera en los mercados de abastos gallegos quedan unidades. Algunos consumidores compartían con indignación imágenes de tanxugueiras ofrecidas en internet a precios desorbitados por parte de proveedores poco fiables.
«No se podía prever, estamos trabajando para cubrir la demanda en los próximos días pero la producción es limitada», admite Naiara Pazos, gerente de la Asociación de Mayoristas de Tanxugueiras. Los tanxugueiros dependen del estado de la climatología en las costas gallegas, que pueden convertir la captura del género en un peligro para su integridad. «Hay o no hay. Depende», señalan con resignación.
«Veñen pra quedar», ha tranquilizado la Xunta de Galicia, aunque la institución no ha querido comprometerse con las fechas.
No se vivía una situación similar desde que la actuación de Manel Navarro en 2017 puso de moda los gallos en los hogares españoles, muchos de los cuales fueron abandonados en las carreteras poco tiempo después.