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Se lleva a su jefe a la ducha porque es donde se le ocurren las mejores réplicas

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Tras comprobar, durante años de intentos, que el sitio donde mejor argumenta y gana siempre las discusiones con su jefe es en la ducha, Rubén Ruiz, de Málaga, ha decidido discutir allí su nueva subida salarial, según han informado fuentes de las oficinas malagueñas de Jenkins&Co. «Es una petición extraña pero, efectivamente, el trabajador ha insistido en negociar con el director en la ducha de su domicilio y hemos decidido acceder a su petición», confirma el jefe de Recursos Humanos de la compañía a El Mundo Today.

«En la oficina me acobardo y trago con todo y luego en casa, ya en la ducha, repasando la conversación, es cuando se me ocurren todas las frases buenas y los argumentos irrefutables que mi jefe hubiera sido incapaz de contestar», explica Ruiz. Según él, la conclusión de desplazar la conversación a la ducha era «de pura lógica aplastante».

«Sí, esto [pedir a su jefe que vaya a su casa y se meta en la ducha con él para negociar una posible subida salarial] también se me ocurrió en la ducha», confirma Ruiz.

El trabajador planea decirle «cuatro cosas bien dichas» pero para ello necesita reproducir las condiciones en las que él suele estar en su «apogeo dialéctico», es decir, desnudo y cubierto de jabón. «Le voy a decir cuatro cosas bien dichas, vamos… pues menudo soy yo», dice el empleado mientras se desnuda y ajusta la temperatura del agua.

Tras quedarse sin palabras como le ocurre siempre y ser incapaz de desmontar los argumentos de su jefe en contra de su subida salarial durante su charla en la ducha, Rubén planea (eso sí, de aquí a «uno o dos años», cuando logre reunir el valor) repetir la operación y volver a pedir un aumento, pero en su cama y durante una noche de insomnio, cuando se le ocurren aún mejores réplicas que en la ducha.

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