Una cláusula añadida a todas las pólizas contratadas a partir del año que viene excluirá de la cobertura de las aseguradoras «cualquier daño atribuible al carácter contingente de la existencia del asegurado en tanto que ser humano arrojado a la vulnerabilidad del mundo sensible». En un comunicado difundido hoy, la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA) argumenta que «los actos del asegurado son los que pueden potencialmente generar daño y sufrimiento y solo a él cabe exigir la responsabilidad de su infortunio, por lo que ninguna entidad de seguros debe hacerse cargo de esta particularidad ontológica en la que la existencia del asegurado precede a su esencia».
Las compañías de seguros reconocen que este cambio puede provocar «angustia existencial» pero sus responsables recuerdan que «el infierno son los otros, no nosotros».
«La vida es así, no la he inventado yo» será el lema de la campaña con la que las aseguradoras comunicarán esta nueva política, que insiste en el hecho de que «no hay póliza que pueda luchar contra la hostilidad del mundo en el que el hombre se ve arrojado».
Varias asociaciones de consumidores han señalado que el punto de partida de las aseguradoras constituye, en palabras de FACUA, «una discutible hermenéutica de la vida del asegurado en la que el individuo se hace cargo de sí, visión heideggeriana que puede ponerse en tela de juicio en el momento en el que se acepta un modelo ético de carácter intersubjetivo en el que las condiciones intrapsíquicas para la motivación intersubjetiva se identifican con una configuración relacional intersubjetiva».
«Que no lo cubre el seguro y punto», ha zanjado la UNESPA, pese a que FACUA ha seguido insistiendo en que «la motivación intersubjetiva implica que los estados y procesos intersubjetivos de otra persona pueden determinar cuando menos parcialmente el contenido y calidad de nuestros propios procesos y estados subjetivos, moldeando por tanto nuestros actos y las consecuencias que de ellos se deriven, de modo que, en el proceso de rendición de cuentas, no es legítimo apelar al individuo como entidad monádica o compartimento moral estanco sobre el que cargar todo el peso de la existencia».
«Ninguno de nuestros agentes está disponible en estos momentos, inténtelo de nuevo más tarde», ha respondido la UNESPA.