Sin dejar de considerarlo un pesado y un «auténtico flipado», un grupo de amigos sigue riéndose del compañero que invirtió todos sus ahorros en criptomonedas pese a que ahora es multimillonario y vive en Nueva York. “Menudo ingenuo, este va a perder todo su dinero”, se ríen ignorando el hecho de que su amigo Manel ha quintuplicado su patrimonio en los dos últimos años y ahora tiene un piso de propiedad en Manhattan.
“Claro que sí, Manel, claro que sí, ahora mismo invertimos en Ripple”, bromean los amigos desde su Lleida natal mientras Manel duerme en su ático de la Gran Manzana. “El pobre se ha comido esto de las criptos como quien se come una estafa piramidal”, se sinceran los amigos. “Siempre ha sido muy ingenuo, hasta un poco tonto si me lo permites”, añaden.
Manel, de 37 años, ya no sabe cómo decirle a sus amigos que, con un poco de investigación e inversión, es fácil generar beneficios en el volátil mercado de las criptomonedas. “Sí, sí, ya si eso cuando tengas un Ferrari nos lo explicas de nuevo, campeón”, le vacilan sus amigos, pasando por alto el hecho de que Manel adquirió un Ferrari 812 Competizione hace cuatro meses. “Mira, mira el pringao de Manel, que sale en la lista Forbes, qué vergüenza”, comentan entre risas sujetando la portada de la revista.
Al grupo de amigos de Manel en el fondo le preocupa que en cualquier momento le dé con otra cosa y siga haciendo el ridículo. “Hoy son las criptos pero igual mañana se lanza con el turismo espacial y vuelve a provocarnos vergüenza ajena”, declaran sin saber que Manel ha invertido ya en una nave espacial que prevé aterrizar en Marte en el año 2035.
