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Un niño alcanza el nivel de consciencia suficiente para entender que sus padres no deberían haber tenido un hijo

“SOY UN ERROR”, HA SENTENCIADO CON HUMILDAD

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Después de un par de años presenciando unos comportamientos irresponsables y unas dinámicas de pareja muy poco recomendables, Aitor Calle Penche, de cuatro años, ha alcanzado el nivel de consciencia suficiente para entender que sus padres no deberían haber tenido un hijo. “No son una pareja lo suficientemente estable a nivel emocional como para haberse embarcado en la aventura de educarme”, reconoce el niño.

Consciente en todo momento de que, por momentos, su comportamiento está lejos de ser ejemplar, Aitor ahora entiende que muchas de sus deficiencias vienen provocadas por la falta de motivación y también de compenetración de sus padres a la hora de educarle. “No estaban preparados para esto, tener un hijo no es ninguna broma”, explica el hijo. “Tampoco es que gocen de estabilidad económica, la verdad es que no sé en qué demonios estaban pensando cuando decidieron tenerme”, insiste.

El menor ha observado durante un tiempo a sus padres y ha llegado a la conclusión de que decidieron tener un hijo de manera precipitada e impulsiva. “Soy un error”, ha sentenciado con humildad. “No digo que no me quieran, pero la cantidad de traumas que me generarán por culparme inconscientemente a mí de su futuro divorcio no será algo fácil de gestionar”, avisa. “Quizás la presión familiar también influyó en su decisión de tenerme, pero hay que tener más personalidad en esta vida”, ha asegurado.

Ahora al niño le preocupa que la crisis de pareja que está causando en sus padres provoque que intenten ocultarla teniendo un segundo hijo. “Lo último que necesita mi futuro hermano pequeño es la presión de salvar un matrimonio nada más nacer”, lamenta. “Espero que mis padres entiendan que es mejor cerrar aquí el grifo y que no sigan con esta huida hacia adelante reproductiva”, sentencia.

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