Los precios subieron un 4% en septiembre, según anunció este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE), y experimentaron su mayor repunte desde el mismo mes de 2008, cuando la quiebra de Lehman Brothers desató la mayor crisis financiera del siglo. El encarecimiento del coste de la vida no agujerea solo la cesta de la compra, también afecta a partidas vinculadas a las fluctuaciones del IPC y mete presión para subir el sueldo de los funcionarios, de los pensionistas y de la persona que está escribiendo este artículo.
Lo que no puede ser es que todo suba de valor, pero los sueldos de los funcionarios, los pensionistas y de la persona que escribe estas líneas se quede exactamente igual, porque eso es muy injusto. Si los funcionarios, pensionistas o el autor de esta noticia quieren aspirar a tener una vida digna, no se les puede seguir ninguneando de esta manera y hay que pagarles lo que se merecen. Además, ya llevan muchos años cobrando muy poco sin quejarse lo más mínimo.
Tanto el Gobierno como los directores de este medio tienen que actuar ya y dejarse de medias tintas. Las parejas de los funcionarios, pensionistas y de la persona que redacta este texto ya empiezan a considerar que tanto los funcionarios, pensionistas y la persona que redacta este texto no se saben imponer y son unos pusilánimes, y en cualquier momento dejarán todo y se irán porque, cuando conocieron a los funcionarios, pensionistas y a la persona que redacta este texto ellos no eran tan cobardes y tenían mucha más ambición.
Los funcionarios, pensionistas y la persona que escribe este artículo se conformarían con una subida de 250 euros mensuales y con que se les cubrieran las dietas y el gasto de gasolina. A los funcionarios, a los pensionistas y a la persona que redacta este texto también les gustaría que se respetase el horario de trabajo y no tuvieran que redactar artículos a esta hora, porque realmente es una vergüenza.