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Un budista retrasa la alarma cinco “viditas” más

SE HA PERDIDO SER UN OSO, UNA HORMIGA, UN CEREZO, UNA CACATÚA Y UN SEÑOR DE VALLADOLID

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Agotado después de haberse muerto muy tarde en la noche de ayer, esta mañana un budista ha retrasado la alarma cinco “viditas” más. Según ha podido saber la prensa, el hombre tenía previsto renacer este mismo lunes a las siete de la mañana, pero le ha podido el cansancio y de momento se mantendrá muerto.

Ángel Pazos, practicante de la religión budista desde hace varias existencias, venía de una vida muy larga y la obligación de volver a desarrollarse como ser, crear lazos afectivos y alcanzar el nirvana abandonando todo tipo de deseo se le ha hecho una montaña. Por este motivo ha decidido posponer la tarea, según admite él mismo.

Pazos se ha perdido ser un oso, una hormiga, un cerezo, una cacatúa y un señor de Valladolid. “Lo de Valladolid me hacía especial ilusión, pero con este sueño no podía reencarnarme”, ha declarado según fuentes cercanas a su subconsciente. El despertador sonará ahora dentro de 200 años, en los que el budista confía en descansar lo suficiente para afrontar su reencarnación en escarabajo pelotero. “Es un reto que me apasiona y para el que todavía tengo que prepararme”, se sincera. “Espero que no se me haga bola”, añade.

No es la primera vez que a este budista le sucede algo así. Hace siglos también se le pegaron las sábanas y llegó a su vida cuando ya iba por la mitad.

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