Con Oriol Junqueras colgando de una escalerilla y los «jordis» agarrados al fuselaje del avión mientras recibían una nube de disparos por parte de los funcionarios de prisiones de Lledoners. Así ha «rescatado» Pedro Sánchez a los presos independentistas de la cárcel en una «escenificación» que ha sido tildada de exagerada e innecesaria. «¡Agárrate a mi mano Orioooool! ¿Confías en mí? ¡Dimeee! ¿Confías en mí?», habría dicho Pedro Sánchez tras aterrizar con su avión en el patio de la cárcel y pidiendo al líder de Esquerra Republicana que se subiera a bordo para escapar de ahí para siempre.
«Tú y yo contra el destino Oriooool», habría exclamado el presidente de España, según las fuentes. Mientras tanto, los funcionarios de prisiones hacían saltar las alarmas de la prisión y disparaban balas de fogueo a los fugitivos.
«Vamooos, vamooos, no tenemos mucho tiempoooo», habría dicho Sánchez justo antes de despegar, rodeado de pirotecnia, con el avión presidencial pilotado por él mismo.
Moncloa también había dado instrucciones al director de la cárcel para que saliera al balcón y agitara el puño gritando «Noooooo» y diciendo «Volveremos a vernos, juro por Dios que volveremos a vernos y la próxima vez no os escaparéis».
Según presidencia, el acto de representación de la excarcelación ha sido planeado durante meses y de forma meticulosa por Iván Redondo, autor del guion y coreógrafo de las escenas de acción. «Redondo, a quien llamamos ‘el Jerry Bruckheimer de Moncloa’, creía que era positivo para la ciudadanía añadir unas gotas de espectáculo aunque algunos dicen que se ha pasado porque ha hecho volar por los aires algunos de los pabellones de la cárcel y han resultado heridos otros presos que no tenían nada que ver», explica una fuente del gabinete de la presidencia.
A fin de hacer la excarcelación más espectacular, Pedro Sánchez invitó a Pablo Casado a pelear sin camiseta y con las manos desnudas sobre una de las alas del Falcon, pero el líder de la oposición se negó a participar.