Este mediodía, en un bar de Valencia, Enrique Casanova Sanchís, alias «Harry Rigging», ha pedido la carta de vinos con la intención de prepararse un tinto de verano. «Me ha preguntado si no teníamos Marqués de Mirasierra, como extrañado, y ha pedido que le decantáramos ‘el caldo'», comenta el camarero del local.
«Se tiene que oxigenar esto», ha asegurado Casanova cuando le han traído la botella de vino. Mientras esperaba a que «el caldo» reposara, ha pedido «la carta de gaseosas», provocando extrañeza al camarero. «¿No tenéis carta de gaseosas?», ha preguntado el cliente con sorpresa. «Al final, aunque ha puesto una mueca rara, se ha conformado con la gaseosa que tenemos y luego ha dicho que tenía que estar muy fría para que no se rompiera la burbuja», relata el empleado del bar.
Cuando ya disponía del vino oxigenado -finalmente, un Juan Gil etiqueta de plata- y de la gaseosa suficientemente fría, ha solicitado un vaso ancho con hielo y él mismo ha mezclado ambas bebidas para prepararse el tinto de verano «comme il faut». «Primero el vino y luego la gaseosa, muy suavemente, sin romper la burbuja, insisto, removiendo con cuidado, con mucho cuidado», iba diciendo durante la mezcla.
«Un tinto de verano no deja de ser un cocktail, señores», ha insistido Casanova pronunciando «cocktail» con acento británico.
El camarero del bar «Casa Mochales» ha decidido finalmente cobrar al cliente una cantidad «proporcional a lo que ha dado por culo».
