Como cada primavera, la asesina en serie de plantas Anna Santpere, que se había prometido a sí misma no volver a matar a ninguna planta, ha vuelto a sentir el irrefrenable deseo de volver a actuar y, tras pasar por delante de una floristería, ha elegido a una nueva víctima, según fuentes cercanas a la floristería Liliputh, de Burgos. «No me puedo resistir», ha explicado la asesina.
Según las fuentes, siempre que Santpere acaba con la vida de varias plantas se promete que será la última vez que hace eso, pero nunca puede vencer su propia compulsión. «Las veo por la calle y no puedo resistirme… aunque no me gustan todas», ha dicho Santpere que, como cualquier asesino en serie, es muy selectiva al acechar a sus víctimas.
«Me gusta que sean pequeñitas y que se vean frágiles y desvalidas, delicadas… no sabría decir qué plantas son las que me gusta llevarme a casa», dice el monstruo sediento de savia. Ella misma sabe que la macetita que acaba de comprar es «solo el principio» y que el patrón se repetirá como cada año. «Empiezo con una y luego ya no paro, seguro que en unos días tengo el piso lleno de plantas, como cada año por estas fechas», reconoce sin pudor.
«A veces hago esquejes, pero más por jugar que por otra cosa», agrega la descuartizadora, que no siente empatía alguna por el sufrimiento de sus plantas y parece deleitarse torturándolas.
Según las fuentes, Santpere hará que sus nuevas víctimas agonicen durante semanas y luego dejará sus cadáveres pudriéndose en el balcón a modo de trofeos hasta que sienta la necesidad de volver a actuar y se deshaga de sus restos solo para hacer sitio a nuevas víctimas.
A última hora, dos vecinos que se han cruzado con Santpere han confirmado que, efectivamente, subía a su piso con una preciosa planta en la mano y que ha saludado porque «siempre saluda».
