Un empleado de Naturgy de Granada ha entrado en trance esta mañana mientras leía el contador en un domicilio particular. «Se le han puesto los ojos en blanco, se ha arrodillado y ha empezado a gritar con una voz muy grave mientras los números del contador giraban como enloquecidos», relata la abonada, Paula Rodríguez Aznar, aún asustada.
Aunque el operario no recuerda «absolutamente nada», Rodríguez asegura que el hombre ha lanzado oscuros vaticinios. «Una gran desgracia se cierne sobre esta humilde familia, veo frío y oscuridad, veo rabia y veo desesperación», ha asegurado, como poseído, mientras las luces de la casa parpadeaban.
Después de las inquietantes advertencias, el hombre ha perdido el conocimiento y se ha recuperado al cabo de unos minutos, sintiéndose muy agotado. «Es como si el contador hubiera chupado toda mi energía», ha llegado a confesar.
La familia Rodríguez espera con angustia la recepción de la factura de Naturgy para ver si los malos augurios del operario se cumplen. «Puede que hayamos dicho cosas en privado que hayan enfadado a la Gran Energética, que planea descargar toda su ira sobre nuestra cuenta bancaria. Me dicen que cambiar de casa no sirve de nada, que estamos malditos», declara con angustia Paula Rodríguez.
«Algo pasa con este aparato pero yo lo dejo, cuelgo el mono y me vuelvo al pueblo, no quiero saber nada de este asunto», ha prometido el operario, que teme sin embargo que la Compañía lo persiga allá donde vaya porque «cuando entras ya no sales más, te chupa la energía hasta que ya no queda nada de ti».
