El Gobierno ha dado luz verde este martes a la nueva “ley rider”, obligando a Glovo a hacerle un contrato indefinido a una merluza rebozada. La merluza estaba dada de alta como autónoma pero a partir de la semana que viene pasará a ser rebozada y también asalariada.
La persona que la ha pedido confía en que, de esta manera, la merluza sepa mejor y no tenga tanto nervio. Glovo se ha quejado alegando que no podrá contratar a todas las merluzas rebozadas que trabajan para la compañía, para acto seguido rectificar y decir que no podrá contratar a todas las merluzas rebozadas que les facturan. “Hay más peces en el mar”, les ha tranquilizado el Gobierno.
La merluza cobrará 900 euros al mes y tendrá derecho a un mes de vacaciones. Por cotizar en la Seguridad Social, en el futuro esta merluza rebozada podrá jubilarse y vivir en alta mar sin preocupaciones, hasta que alguien la pesque, la vuelva a llevar a un restaurante, un cliente de Glovo la pida y Glovo vuelva a tener que hacerle un contrato indefinido. Este fenómeno se conoce como la pescadilla que se muerde la cola.
Gracias a la “ley rider”, millones de hamburguesas, pizzas y kebaps ya tienen un sueldo digno, que están utilizando para pedir hamburguesas, pizzas y kebaps a domicilio.