«¡Hostias, que nos han hackeado!». Con estas palabras expresaba esta mañana el supervisor de la web de Renfe su sorpresa al comprobar que unos delincuentes informáticos inutilizaron la página del operador ferroviario de modo que resulta difícil o imposible adquirir un billete a través de esta plataforma. Las comprobaciones han permitido saber que el ataque se produjo hace tiempo, seguramente alrededor del año 2006.
Según Renfe, los delincuentes exigían 30.000 euros de rescate. Al ver que nadie respondía y que a la operadora le daba lo mismo que la web no funcionara, los atacantes desistieron y en estos momentos, según atestigua la Policía Nacional, «han dejado el mundo del hackeo un poco asqueados y humillados por Renfe y ahora se dedican a cosas legales».
«¿Con qué pueden amenazar a Renfe? ¿Con que los trenes lleguen tarde? ¿Con que haya que comprar billetes por teléfono o presencialmente? Es muy difícil perjudicar a una operadora como esta», comenta el experto en seguridad informática Rafael Tirado Bermúdez, que define la web de Renfe como «imposible de sabotear porque su diseño de entrada ya es un sabotaje. Es, en este sentido, la más segura que hay». Admite que «solo les pondrían en un aprieto si les diseñaran una web cojonuda que aumentara la demanda y los saturara de trabajo, haciendo que murieran de éxito».
El departamento de informática de Renfe ha recuperado ahora más de 400 correos electrónicos de los delincuentes indicando sus exigencias en mensajes que acabaron en la carpeta de spam. El último, en el que los criminales ya habían tirado la toalla, es una felicitación navideña.
