Diciendo que se sienten “inseguros” y quieren estar “completamente preparados”, cada vez hay más individuos que duermen con un cuchillo bajo la almohada por si se cuela una cebolla en su domicilio durante la noche. “Duermo con ese miedo. Sé que es poco probable, pero me tranquiliza saber que, si se cuela una cebolla en casa, puedo hacerla picadillo en un momento”, explica José Mauri, un padre de familia de 52 años que se compró un cuchillo cebollero hace dos semanas.
“Voy a defenderme hasta el final”, dice esta persona que, en ocasiones, cuando oye un ruido, se levanta cuchillo en mano para comprobar que todo está bien y que su piso no está siendo atacado. “Si una noche, de madrugada, oigo la puerta y huelo a cebolla, estaré preparado para lo que tenga que ocurrir”, explica Mauri, que descarta por ahora adquirir un cuchillo chuletero porque considera poco probable que una chuleta se cuele en su domicilio.
Cada vez son más los españoles que piden licencias de armas para tenerlas en su domicilio por si atacan los indios.