Tras comprobar que apenas quedan cucharillas de postre porque se están extinguiendo, el rallador de queso situado en el cajón de los cubiertos de un domicilio de Gijón ha decidido atravesarse y bloquear la apertura de este. “Os juro que este cajón ya no lo va a abrir nadie más, ningún humano tiene la fuerza necesaria para doblegarme”, ha declarado un rallador Microplane Gourmet Fino, dispuesto a sacrificarse y colocándose de forma estratégica para asegurar el cierre y la seguridad de sus compañeros.
“Esto ahora ya no hay quien lo abra”, ha asegurado con orgullo.
“Los ralladores de queso solo tenemos un cometido en la vida y no es rallar queso, es bloquear cajones y salvar al resto de cubiertos de la desaparición, especialmente los más pequeños, las cucharillas de postre. Fijaos, cada vez hay menos”, ha declarado ante el resto de miembros del cajón, animándoles a resistir y poner fin a la guerra hombre-cubierto de una vez por todas.
“Aquí estaremos seguros para siempre. ¡Aaahhhhh!”, ha dicho el rallador de queso haciendo fuerza mientras su propietario intentaba abrir el cajón, probablemente para llevarse una cucharilla de postre que quizá no vuelvan a ver nunca más.
“Cuando intente meter los dedos como un miserable para agarrarnos, que alguien le pinche”, ha pedido.
Al cierre de la edición, diversas fuentes del cajón de los cubiertos han confirmado que una cuchara de madera, un batidor, unas pinzas y un abrebotellas se han unido a la lucha y que, por lo tanto, el cajón ha quedado sellado para siempre.
