Absolutamente decepcionada por tu comportamiento y tus puntos de vista [absolutamente razonables pero opuestos a los suyos], mamá acaba de anunciar que no va a tolerar que le faltes al respeto discutiendo con ella y, mucho menos aún, que lo hagas usando argumentos superiores a los suyos.
“Esto es increíble, ¿cómo puedes decirle algo así [una serie de hechos incontestables que me dejan en evidencia y son difícilmente discutibles] a tu propia madre?”, ha declarado esta mañana, recordándote que ella es tu madre y pidiéndote que, por favor, te comportes [no mostrando la fragilidad de sus argumentos ni lo absurdo de sus propuestas].
“Tu actitud [ganar la discusión] es muy problemática”, ha lamentado.
“Los hijos de hoy en día no respetáis a vuestros mayores sino que contestáis [con razonamientos, sensatez y señalando las inconsistencias de su discurso basado en la autoridad y el prejuicio]”, ha dicho. Y luego ha añadido: “Es que con ella no se puede discutir [porque gana]”.
Tu madre también ha pedido que no le chilles y, según han podido saber los periodistas, por “chillar” no se refiere a elevar el tono de voz sino a dar respuestas certeras, rápidas e ingeniosas a las que no sabe qué contestar.
Mamá también ha comunicado que no quiere oír “ni una palabra [que demuestre lo equivocada que está] más”.
A última hora, mamá te ha castigado por tener razón.