La videoconferencia protagonizada por Ron Porton, un abogado con el filtro de un gatito que insistía en que no era un gato, ganó el pasado domingo el Oscar a la mejor película, a la mejor interpretación y al mejor maquillaje.
Porton encandiló a la audiencia en plena pandemia con este vídeo de un juicio online en el que el letrado tenía activado el filtro de un gatito que hacía que los bigotes y los ojos se movieran en perfecta sincronía cada vez que hablaba, un recurso que la academia define como «actual, original y revolucionario».
«No me dedico al cine, esto no era una comedia y yo no era ni soy un gato», aseguró Porton en la gala, sin salirse del personaje y despertando de nuevo las risas de todos. «Por favor, yo solo soy un abogado», insistía desesperado, demostrando que tiene aún mucho que ofrecer.
La imagen del gatito sosteniendo la estatuilla pasará sin duda a la historia del cine y se ha vuelto casi tan viral como la obra premiada.