Seis siglos después de la invención de la bicicleta, Ismael Acuña, un ingeniero español de 37 años, ha revolucionado el sector creando una bicicleta capaz de frenar en los semáforos en rojo. “Hasta ahora la bicicleta era un medio de transporte imperfecto”, explica el ingeniero. “Gracias a mi mejora, los ciclistas podrán frenar en los semáforos en rojo, algo que hasta hace poco parecía imposible”, celebra.
La patente de Acuña es muy compleja, ya que ha incorporado a la tradicional bicicleta un sistema que permite detener el vehículo, reducir o mantener su velocidad. Tras muchos años de estudio y de pruebas, el ingeniero ha instalado dos zapatas opuestas entre sí que, por un movimiento de expansión, rozan con el interior de un cilindro, que gira entre la rueda y el buje provocando que deje de girar al apretar una palanca colocada en el manillar.
“Hay una palanca a cada lado del manillar, cada una de ellas conectada a una rueda”, explica Acuña. “La idea es apretar esas palancas al llegar a un semáforo en rojo para que la bicicleta frene”, añade. El ingeniero español ha llamado a su invento “freno de bicicleta” y muchos expertos ya creen que puede cambiar para siempre el mundo del transporte urbano. “Poder pararse en los semáforos en rojo o incluso en las señales de Stop es algo que muchos ciclistas ni imaginaban que fuera posible”, declaran desde la Dirección General de Tráfico.
Una vez haya vendido su patente, Acuña empezará a trabajar en otro invento igual de ambicioso: un patinete eléctrico que pueda ser conducido por una persona que no sea gilipollas. “Es un reto complicado pero espero estar a la altura”, asegura.
