- La actualidad del mañana -
- La actualidad del mañana -

Este es tu último artículo gratis este mes. Te queda un artículo gratis este mes. Te quedan unos pocos artículos gratis este mes.
No renuncies a la Verdad, suscríbete

Suscríbete

«Somos como una familia», dice a sus empleados un empresario que hace cinco años que no ve a sus hijos

EL DIRECTIVO, QUE NO SABE SI SU MADRE ESTÁ VIVA O MUERTA, INSISTE EN QUE "CUANDO UNO SE CAE, EL RESTO LO LEVANTA"

Este contenido es posible gracias a las personas que respaldan El Mundo Today con su suscripción. Ayúdanos a seguir siendo el mejor medio de información del país y suscríbete.

Carmelo Rojas, gerente de la empresa Metalúrgicas Rofo, de Manresa, ha reunido esta mañana a su plantilla para levantar el ánimo de los trabajadores y les ha asegurado que, para él, la empresa es «como una gran familia». Rojas lleva cinco años sin ver a sus hijos, a los que prácticamente ha abandonado, y utiliza los servicios jurídicos de la compañía para batallar con su mujer y ahorrarse el pago de una pensión.

«Para mí no sois un número y ni siquiera empleados, sois parte de mi familia», se ha sincerado el directivo, que sería incapaz de recordar el nombre del 80% de las personas que trabajan para él. «Cuando uno se cae, el resto lo levanta, porque no estamos solos y cuidamos unos de otros. Así es como se construye una empresa fuerte», ha argumentado Rojas, que ignora el estado de salud de su madre, internada en una residencia de la tercera edad desde que irrumpió la pandemia. No sabe, en realidad, si está viva o muerta. «Las puertas de mi despacho están siempre abiertas, ya lo sabéis», sentencia el ejecutivo, que raramente aparece por la oficina.

En su discurso, Rojas ha presumido de trabajar «en un sitio en el que nos decimos las cosas y afrontamos los problemas siempre juntos, sin miedo a hablarnos». El empresario fue descrito por su mujer como un «inválido emocional» y siempre ha tenido problemas para expresar sus sentimientos, marcado por un padre autoritario que solía descargar su ira dando puñetazos a las paredes.

Para acabar su alocución, ha dicho que «en mí tenéis un amigo», recordando al único «amigo» que ha tenido en su vida, un perro del pueblo llamado Rofo al que le faltaba una pata.

spot_img

Apúntate a nuestro boletín de titulares

Últimas publicaciones

spot_img
spot_imgspot_img