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Por 78ª vez consecutiva, el jefe ha programado una videoconferencia en un programa nuevo y desconocido que nadie ha usado nunca

HA ENVIADO LA INVITACIÓN POR MAIL CON SU 7865ª CUENTA DE CORREO

Tras usar Zoom, Skype, Google Meet, Facetime, Microsoft Teams, Whatsapp, Telegram, Duo, JitsiMeet, Discord, Gruevo, Slack, Uberconference, Clicmeeting, LifeSize, Join.me y tantísimos otros, Tomás Llovet, jefe de departamento de la multinacional Jenkins&Co., ha vuelto a programar una reunión en un programa hasta ahora desconocido y que nadie sabe cómo funciona, según han informado algunos de sus empleados. “Primero he recibido un mail que era una invitación a un nuevo servicio de calendarios compartidos… y en el calendario compartido había un evento que era una invitación para asistir a una reunión en un servicio de videollamadas que no hemos usado nunca y que de hecho nadie conoce”, explica Marisa T., una de las trabajadoras. 

“Es la 78ª reunión que hacemos y es el programa número 80 que usamos”, explica. Hubo dos encuentros en los que se cambió de programa a media conversación porque, o bien caducaba la prueba gratuita, o bien alguien no había conseguido entrar. Según explican, Llovet utiliza programas “cada vez más raros y desconocidos” y eso se debe a que “no sabe utilizar ninguno y por lo tanto rastrea internet intentando encontrar una solución que se le adapte, pero el problema es él”. 

Esta misma mañana, los trabajadores han sido convocados a una reunión en un sistema llamado Me-Meetings que les ha obligado a hacerse un perfil, a convertirse en “me-meeters” y a hacerse una fotografía para poderla compartir en el “meetwall”, la única manera de poder asignarse “meet-tasks” mutuamente. El jefe, sin embargo, ha dicho que no hagan caso de las “meet-tasks” porque para la “agendización de tareas” ya utilizan Slack para los proyectos largos y Asana para las microtareas.

“Cuando el jefe convoca una reunión telemática ya sabemos que tendrá lugar en una web y en un programa nuevo que nadie ha visto antes, que nadie sabe cómo funciona y que es imposible de configurar”, explica otro trabajador, reconociendo que su superior tiene “talento para encontrar nuevos servicios raros e inéditos para todos”. 

Al cierre de la edición, fuentes de Jenkins&Co. han informado de que Tomàs Llovet se ha confundido de software y está, a solas, en una sala de reunión a la que nadie ha podido entrar y compartiendo inútilmente unos archivos a través de una web de intercambio de archivos llamada Fileology de la que nunca nadie, en todo el planeta, ha oído hablar. 

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