Defendiendo que se encuentra perfectamente y que no tiene ningún problema de movilidad, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha denunciado la injerencia rusa en su tropiezo en las escaleras del Air Force One. El mandatario está convencido de que desde el Kremlin intervinieron su subida al avión para provocarle las tres caídas que sufrió el pasado sábado.
Las tensiones entre Rusia y Estados Unidos han aumentado mucho desde que Biden llegó a la presidencia en el mes de enero. “Las escaleras resbalaban como si tuvieran hielo, ¿y dónde hay mucho hielo? Exacto”, declaró Biden nada más bajar del avión presidencial. “Rusia pagará por este acto terrorista”, ha dicho todavía con las rodillas peladas por la caída.
“Putin es un asesino”, ha reiterado esta misma tarde el presidente estadounidense, con una tirita en la frente, ante una nube de reporteros. “Me he hecho mucho daño”, ha insistido Biden con los ojos vidriosos. “Una cosa es interferir en unas elecciones y otra muy diferente ir a lo físico”, lamenta el jefe del Ejecutivo estadounidense, que considera que Rusia ha traspasado todas las líneas rojas.
No es la primera vez que Rusia sabotea a un país de esta manera. Durante muchos años, el entonces Rey de España, Juan Carlos I, vivió un auténtico calvario de caídas a causa de la injerencia rusa.