«Es metafísicamente imposible que haya podido destruir esos papeles porque nunca los he tenido en las manos». Así desmontó ayer Mariano Rajoy ante el juez la tesis que esgrime el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, quien asegura que Rajoy destruyó en su presencia documentación comprometedora. Esta tarde, el filósofo del Partido Popular, Miguel Ángel Esteban Barredo, ha prestado también declaración y ha venido a confirmar la «imposibilidad metafísica» de «destruir aquello que no se percibe ni se tiene al alcance como ente, por no existir con el objeto una concurrencia óntica; nótese que negar dicha imposibilidad nos abocaría a una especie de idealismo poco defendible».
«Si nos ceñimos a la vida fáctica, es decir, a una suerte de hermenéutica de la factididad heideggeriana, debemos asumir cierta analítica existencial en el marco de la cual la comprensión de lo que es y, en el caso que nos ocupa, del ser mismo de los papeles cuyo ‘dejar de ser’ se atribuye al señor Rajoy, pone al descubierto el horizonte en el cual el ser, en cuanto ser, es entendido y comprehendido, y dicho horizonte, vuelvo a insistir, determina un ‘no perder la mundaneidad del ser’, pues el conocer no puede ser entendido como un hacerse presentes los objetos, sino como un práctico ‘tener-que-ver-con’, un quehacer que es propio de la praxis, una actividad que no corre a cargo de la razón teórica y que es, por tanto, bien distinta de la intelección pura o de la abstracción, que dejaría por tanto ‘al margen de la intervención fáctica’ al expresidente», ha razonado en su declaración el filósofo del Partido Popular.
«¿Podría repetir la última parte? Lo de no perder la mundaneidad del ser», ha solicitado la fiscal anticorrupción Concepción Sabadell, que no ha dejado de tomar apuntes en toda la sesión. «¿Tú lo has pillado?», ha llegado a preguntar al abogado que tenía al lado.
Sabadell le ha recordado al filósofo Esteban Barredo que Rajoy le dijo textualmente al abogado de Bárcenas, Gustavo Galán, que «yo no estoy en la mente de su cliente». El filósofo también ha corroborado esta afirmación, recordando que «ni siquiera desde un dualismo cartesiano se podría defender un escenario contrario, incluso aceptando la dualidad alma-cuerpo, aparte de que hoy en día, como bien sabrán sus señorías, las posturas no cartesianas y no idealistas son las que cuentan con mayor respaldo, incluso entre los más escépticos, filósofos de corte materialista como David Chalmers o Colin McGinn poco o nada sospechosos de votar al Partido Popular».
El filósofo ha terminado su declaración recordando la tesis parmenídea según la cual «lo que es, el Ser, puede pensarse y dejar de ser; lo que no es, el No-ser, no puede pensarse ni puede dejar de ser, lo cual afecta también, como quedó ya demostrado, a los papeles que el señor Rajoy no pudo destruir porque la nada no se destruye, si me permiten la burda referencia en clave ontológica al primer principio de la termodinámica».
