Un colchón con memoria de Valladolid es capaz de recordar los momentos más embarazosos que ha vivido su dueño en la cama y podría reproducir con exactitud las posturas que el hombre adoptó en cada uno de sus fallidos encuentros sexuales. Recuerda, además, los nombres de todas las parejas que su dueño ha tenido, algo que el propietario es incapaz de hacer.
«Si este colchón hablara, me hundía», reconoce Juanjo Lóbregas, que adquirió el producto «porque me dijeron que era cómodo, pero la realidad es que es de todo menos cómodo para mí, pues me siento juzgado y soy consciente de que cualquier error que cometa será registrado de forma permanente».
El colchón se ha endurecido estos últimos meses como parte de una estrategia pensada para que Juanjo no se relaje y se esfuerce un poco más para mejorar en su desempeño amatorio. «A veces, cuando voy al baño después del sexo, me da la sensación de que mi pareja recorre el colchón con la mano para sacar información íntima sobre mí», dice el dueño. «Eso sería una violación del código deontológico del colchón, que tiene que respetar la confidencialidad», comenta, aunque admite que no tiene pruebas de nada.
«Lo bueno es que, cuando se me olvida el nombre de la chica o el chico con el que me estoy acostando, de repente lo veo escrito en el colchón, y yo la verdad es que agradezco que me eche un cable», concede Juanjo.
Los expertos recomiendan darle la vuelta al colchón con memoria cada cierto tiempo para que los errores del pasado queden enterrados y se tenga una oportunidad de empezar de cero.
