Un golpe seco se ha oído esta mañana en la sede del Consejo General del Poder Judicial mientras el PSOE y el PP negociaban la renovación del órgano de gobierno de los jueces. Las cámaras de seguridad han registrado el momento en el que el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se estampaba contra el cristal del escaparate de la sede después de intentar sin éxito colarse en las negociaciones.
«Se ha quedado fuera», constataba triunfante Pablo Casado mientras compartía el vídeo del cabezazo en las redes sociales.
Horas más tarde, el propio Iglesias reconocía el «incidente» y mostraba cuatro togas que logró llevarse del edificio del CGPJ. Una gesta meramente simbólica y totalmente insuficiente para influir en la renovación de la judicatura en España.
«La hostia se ha oído hasta en Galapagar», sentenciaba el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el propio Pedro Sánchez reconocía que «esta no es la vía para fortalecer las instituciones, de ello solo se saca dolor y frustración».