Viendo el éxito que están teniendo entre el público y que la gente está dispuesta a incluso donar su sangre para comérselos, Cruz Roja se plantea ahora vender sus bocadillos y pasarse al negocio de la restauración. “Miles de personas nos dan su sangre cada día a cambio de estos bocadillos, nuestro chef está desbordado”, admiten desde la entidad.
Los españoles llevan años enganchados a estos bocadillos y ese es el motivo por el que España es el país en el que más sangre se dona del mundo. “Al principio pensábamos que era un país muy solidario, pero enseguida nos dimos cuenta de que es un país hambriento”, explican desde Cruz Roja. “Algunos incluso se ofrecen a donar el doble para que les metamos más embutido”, añaden. “Estamos perdiendo una oportunidad de negocio muy seria, podríamos cobrar hasta diez euros por bocadillo”, aseguran.
“Algunos solo tienen una loncha de queso pero la gente se vuelve loca con ellos”, comenta Alejandro Gómez Ródenas, que lleva diez años trabajando en Cruz Roja. Matiza, eso sí, que siempre hay excepciones: “La semana pasada, un hombre nos exigió que le devolviéramos toda su sangre porque no le había gustado el salchichón de su bocadillo y consideraba que el pan estaba demasiado blando».