Esta mañana se ha celebrado en Cornualles (Reino Unido) el funeral del maestro de la novela de espías, John le Carré. Acto al que han acudido algunos familiares y amigos y también una misteriosa persona sospechosamente parecida a John le Carré que ha observado la ceremonia desde la distancia fumando en silencio.
El fallecido (al que presuntamente han enterrado ahora sus familiares) ha muerto (oficialmente) a causa de una neumonía y fue el escritor de las novelas de espionaje más exitosas de todos los tiempos, definiendo la era de la Guerra Fría.
Le Carré, cuyo nombre real era David Cornwall, se inspiró en sus propias vivencias como espía para crear algunas de las mejores obras de intriga de la literatura en el siglo XX. A comienzos de la década de 1950, el escritor comenzó a colaborar con los servicios secretos británicos hasta 1964, cuando el agente doble Kim Philby reveló su identidad. Tras ello decidió consagrarse plenamente a la escritura y dejar atrás (según afirmó en uno de sus libros) una vida de “engaños, tretas y falsedades”. Ahora, sus restos (en el caso de que estén realmente ahí) descansarán para siempre en una caja de pino (si es que no está vacía o, peor aún, contiene el cadáver de otra persona, quizá Kim Philby).
El enigmático hombre sospechosamente parecido a Le Carré que ha presenciado el funeral no ha querido acercarse a dar el pésame a ninguno de los familiares y tampoco parecía especialmente afectado por el fallecimiento del escritor.
A la pregunta de este periodista de si conocía al fallecido, el misterioso anciano se ha limitado a contestar “Digamos que somos viejos conocidos… y supongo que quería despedirme de él… aunque de alguna manera sigue vivo… metafóricamente, quiero decir”.
Al cierre de la edición, el misterioso hombre se ha esfumado y no ha sido posible preguntarle qué ha querido decir.