Diciendo que es lo que la ciudadanía espera, los principales laboratorios que están trabajando en la vacuna del coronavirus, teniéndola ya prácticamente desarrollada, han anunciado esta semana que se retrasará su lanzamiento al mercado para incorporarle “stories” como las de Instagram, Twitter y otras redes sociales. “Entendemos que en el contexto actual es completamente inútil lanzar cualquier producto, también una vacuna, sin esa característica”, indica Pfizer en un comunicado difundido esta mañana.
La Agencia Europa del Medicamento (EMA) aplaude el movimiento, que considera “imprescindible” para aprobar las vacunas. La EMA establece que los pacientes tienen que poder usar la vacuna no solo para curarse, sino también para poder expresarse con mensajes simpáticos que se eliminen automáticamente en 24 horas.
Las farmacéuticas entienden que muchas personas se negarán a usar la vacuna si no pueden emplearla para comunicar frases como “feliiiiiz vacunándome genteeeeee” o “aquí vacunándome venga chao hasta luego el chip me ha matado jajaja”.
En definitiva, el objetivo es que las vacunas generen más engagement y los usuarios puedan compartir la experiencia de ser vacunados.
Las farmacéuticas también aprovecharán el periodo de implementación de las stories en las vacunas para estudiar la posibilidad de monetizarlas aún mejor añadiéndoles publicidad en forma de brand content.