La Asociación de Ingenieros Aeronáuticos ha reconocido esta mañana en un comunicado que los aviones se sostienen en el aire por pura sugestión de los pilotos. Los especialistas señalan que, a día de hoy, no existen leyes físicas que expliquen que un objeto de varias toneladas de peso -un avión comercial puede superar perfectamente las 300 toneladas de OEW (en inglés, peso vacío operativo)- flote en el aire como por arte de magia. «No hace falta ser ingeniero para estar familiarizado con los efectos de la fuerza de la gravedad», sentencia la entidad.
«El cinismo contemporáneo, el descrédito de los sentimientos y la fe acrítica en la ciencia amenazan seriamente nuestro futuro», asegura Marc García Moreno, ingeniero de la Universidad Politécnica de Barcelona. «Cuando dejemos de creer en nosotros mismos, cuando dejemos de perseguir nuestros sueños… ese día no habrá certeza matemática que nos salve de caer», confirma.
Los ingenieros argumentan que la base de su trabajo es «la fe del ser humano». Recuerdan que «un mundo en el que el hombre no cree en sí mismo es un mundo en el que no tiene sentido que vuelen los aviones, pues no tiene propósito alguno desplazarse, ni sentir, ni amar, ni vivir». Subraya García Moreno que la base de la fe es «no hacerse preguntas, sino confiar en las respuestas», y eso es lo que se espera de un piloto en pleno vuelo. «Si el piloto empieza a plantearse el tema de la gravedad y empieza a dudar de todo, se cae literalmente», explica.
«Démonos un abrazo, celebremos la vida, es todo lo que necesitamos para volar», concluyen los ingenieros aeronáuticos.
