Después de escribir muchos bocetos sin que ninguno le acabara de convencer, esta tarde, y a solo dos días de dar el tradicional discurso de Nochebuena, Felipe VI ha abdicado y le ha pasado el marrón a su hija Leonor. Ahora, la nueva Reina de España, de tan solo 15 años, tendrá que dirigirse a la nación y confortarla en un año muy difícil marcado por la pandemia del coronavirus y los escándalos del rey emérito.
Felipe VI llevaba desde el mes de marzo temiendo el momento de dar el discurso y, finalmente, le ha podido la presión. «Es que… ¿qué le dices a esta gente?», preguntaba a sus asesores frente al folio en blanco. Según fuentes de la Casa Real, la papelera de plástico al lado de la mesa señorial de su despacho estaba cada día más llena de papeles arrugados.
Consciente de que la responsabilidad que tiene ahora Leonor es muy grande, Felipe VI ha decidido que, si su hija escribe un buen discurso y consigue que la familia Borbón salga reforzada de este trámite, le subirá dos euros la paga semanal. «En lugar de los cinco euros que le doy cada domingo, empezaré a darle siete para que pueda ir al cine», ha anunciado.
Motivada por este aliciente, y según atestigua su entorno, Leonor ya ha escrito media página del discurso de Nochebuena. «En el colegio les habían pedido que escribieran un discurso de Navidad como deberes, así que está matando dos pájaros de un tiro», declaran desde La Zarzuela.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que Felipe VI ha huido a caballo del Palacio de la Zarzuela nada más caer la noche y, cubierto con un mantillo, se ha subido a una barca hasta perderse en el río Manzanares. «España queda en buenas manos», se ha susurrado a sí mismo mientras se alejaba para siempre de Madrid.
