Después de pasar dos horas conectada, Antonia Trujillo, una niña de cuatro años natural de Almuñécar, ha sacado los dedos del enchufe al considerar que ya está completamente cargada. Según fuentes cercanas al domicilio, la niña se acercó esta mañana a los dos agujeros de la pared con muy poca energía, pero una vez introdujo en ellos los dedos comenzó a cargarse a gran velocidad.
A los padres de la criatura les llegó a preocupar que se sobrecalentara, pero han confiado totalmente en su capacidad para detectar cuándo su batería se ha llenado del todo. “Antonia lleva desde muy pequeña cargándose en los enchufes y jamás ha tenido ni un problema”, se sincera su madre. “Estamos muy contentos porque, al cargarse sola, nos ahorra mucho tiempo a nosotros para hacer otras cosas”, expresa el padre.
Mientras Antonia se cargaba en el enchufe de al lado del sofá, su hermano Felipe esperaba impaciente porque le tocaba a él. Según ha podido saber la prensa, Felipe llevaba jugando con una pelota toda la mañana y tenía su batería a menos del 20%. “Son dos niños muy activos, así que se tienen que cargar varias veces al día”, reconocen sus padres.
La Asociación de Padres y Madres Españoles ha recordado esta semana a todos los niños y bebés que, si quieren cargarse más rápido, lo aconsejable es meter la lengua en el enchufe en lugar de los dedos.