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Una mujer que teletrabaja se niega a acostarse con su marido porque no le gustan los líos de oficina

“DONDE TIENES LA OLLA…”, ARGUMENTA

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Aunque reconoce que existe atracción por ambas partes y hay días que resulta difícil contenerse, una mujer que teletrabaja se niega a acostarse con su marido porque no le gustan los líos de oficina. “A ver, yo no soy de piedra, lo veo ahí tirado en el sofá comiendo patatas y bebiendo cerveza y se me remueven cosas, pero eso lo complicaría todo”, declara Cristina Bañejo, de 38 años.

Desde el pasado mes de marzo, Bañejo trabaja desde casa teniendo que pasar muchas horas con su marido, lo que irremediablemente provoca tensiones. “No voy a negar que al principio me gustó, especialmente durante nuestros cinco años de noviazgo, pero si nos liamos puede darse un problema de convivencia y eso supondría un bajón en mi rendimiento laboral”, se sincera.

Bañejo no niega que a veces coinciden delante del microondas o en el interior de la cama y siente cosas, pero no está dispuesta a acostarse con él y arriesgar su carrera. “Donde tienes la olla…”, argumenta. “Ramón es una persona muy especial y nuestros tres años de casados han sido muy buenos, pero si me acuesto con él sé que será muy incómodo porque tenemos que trabajar codo con codo diariamente”, insiste.

El caso de Cristina y Ramón no es único. De hecho, miles de parejas que teletrabajan ya han empezado a irse a vivir a pisos diferentes para poder seguir manteniendo relaciones sexuales.

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