Aunque a él le gustaría ser una persona de bien, esta mañana Fran Angarita se ha quedado fuera de la España que madruga por cinco minutos. “Yo puse el despertador a la misma hora de siempre, pero cuando sonó cerré los ojos un momento y, cuando me quise dar cuenta, ya era tarde”, relata arrepentido.
A Angarita le gustaría que la España que madruga no le tuviera en cuenta este desliz y le dejara formar parte de ella. “Siempre me levanto a una hora cristiana, soy muy trabajador, yo no soy de los de la paguita”, se defiende. “Ha sido solo por cinco minutos, yo soy de la España buena, os lo prometo”, insiste. “Ha sido culpa del despertador”, se sigue excusando.
Angarita volverá a intentarlo mañana, aunque no tiene muchas esperanzas de lograrlo. “Soy muy dormilón y la España que madruga cada día madruga más, así que sé que me va a costar formar parte de ella”, reconoce. “Intentaré acostarme muy temprano para estar a primera hora al pie del cañón como hace la gente de bien, pero suelo tardar en conciliar el sueño por las noches y luego cuesta más levantarse”, se defiende.
Muchos miembros de la España que madruga hacen trampa y trasnochan, recurriendo incluso a drogas para mantenerse despiertos y que parezca que se han levantado temprano cuando en realidad ni siquiera se han acostado.