«A ver por cuánto nos sale la broma». Esto es lo que se han preguntado esta mañana los españoles al enterarse de que Bankia y CaixaBank estudian su fusión dentro del proceso de consolidación del sector bancario para fortalecerse frente al impacto de la pandemia del coronavirus. «O saldrá mal y tocará rescatarlos o saldrá bien y nos harán pagar más por todo», asume la ciudadanía.
Ignorando los buenos augurios «porque esto sí lo aprendimos ya a base de golpes», los españoles han empezado a hacer números y a reservar parte de sus ahorros, si es que tienen, para hacer frente a la inminente fusión. «Mira, ya solo el nuevo logotipo y las campañas de comunicación para vendernos las bondades de la operación nos van a salir por una pasta», argumenta Jorge Jáñez Repollés, lamentando tener que mantener ahora «a mis cuatro hijos y también al hijo de Bankia y Caixabank».
«La pregunta aquí es si la vajilla de regalo tendrá cubiertos repetidos o no», añade Jáñez. Otros muchos sospechan que la fusión bancaria creará el bolígrafo atado a la cadena más larga de la historia de la banca española.
Al ser preguntada por la operación, Ana Patricia Botín ha declarado que «hay que dejar que camelen como ellos camelan».