Este es tu último artículo gratis este mes. Te queda un artículo gratis este mes. Te quedan unos pocos artículos gratis este mes.
No renuncies a la Verdad, suscríbete

Suscríbete

Contundentísimo toque de atención de la actriz australiana.

Puñetazo encima de la mesa, sí señor. Ha callado muchas botas.

Cate Blanchett, que preside el jurado de la 77 edición del Festival de Venecia, debutó en la alfombra roja con un vestido que no era nuevo, que no era una confección hecha para la ocasión y que todos ya conocíamos: un vestido que YA HABÍA LLEVADO ANTES y con el que había sido incluso fotografiada.

Whaaaaaaatttt!!????

¡Así es!

Ha sido un auténtico puñetazo sobre la mesa que ha dejado a mucha gente impresionada pero también conmovida por sus inmensos valores ecologistas, aún a riesgo de humillarse públicamente dando a entender que es pobre y que no tiene más ropa y que necesita dinero para más vestidos porque se ve obligada a repetirlos y a pasar vergüenza por ello.

Pero, en fin, con este gesto podemos decir que Cate Blancchett se ha subido al crucero de la moda sostenible de forma definitiva. La prenda en cuestión es un vestido negro de lentejuelas, asimétrico, con capa y detalles blancos, diseñado por Esteban Cortázar y que Cate Blanchett ya había lucido para el estreno de Carol en Londres hace cinco años. Cinco añazos. Por aquel entonces completó el look con unos stilettos en el mismo color que el diseño.

El mismo vestido hace CINCO años.

En aquel momento dijimos “ha apostado por la elegancia” pero hoy decimos “¿Ha apostado por la moda? No, ha puesto nuestros valores patas arriba y ha apostado por la ecología, por el planeta y por el futuro. Ha apostado por todos nosotros”. 

¿Iba elegante? No, porque repitió vestido, pero lo que iba es sostenible, que es casi tan importante como la elegancia.

Vestía futuro. Vestía vida.

La guapísima actriz nos ha dejado las cosas claras y arrojándonos sus trapitos viejos a la cara parece estar diciéndonos «¿De qué nos servirá el estilo cuando la escasez de recursos nos obligue a matarnos unos a otros para poder seguir con vida?”.

En fin, aplaudimos a rabiar. No le ha importado parecer una persona súper pobre a cambio de decir “mira, voy a evitar generar residuos luciendo un vestido nuevo cada vez porque a lo mejor no hace falta”.

Bravo, Cate Blanchett. 

El mundo está salvado. Cuando vuelvas a casa a bordo de tu avión privado y mires el planeta, queremos que sepas que, si sigue habiendo vida en él, es por ti.