La de Luis Garlana y Carmen Monzón, la de Víctor Sánchez-Fajardo y Lorenzo García o la de Mirtha Babú y Sergio Sandoval son algunas de las relaciones que el Instituto Nacional de Toxicología ha incorporado esta semana a la lista de las más tóxicas, que se actualiza trimestralmente.
«Durante el confinamiento se recibieron muchísimas llamadas de emergencia de personas que habían estado en contacto permanente con elementos nocivos a los que antes solo se exponían de forma puntual. Lo primero que hay que hacer en estos casos es beber mucha agua, mantener la calma y alejarse», explica Carla F. Alonso Herrero, portavoz de la entidad. «A veces hay que darse un tiempo para que se vayan diluyendo los efectos y deje de haber mala sangre», dice.
Insiste Alonso en que las relaciones tóxicas deben mantenerse siempre fuera del alcance de los niños. El problema, admite, es que algunas de ellas no se detectan a simple vista y, cuando la toxicidad es evidente, ha pasado demasiado tiempo. Por este motivo es importante la elaboración y actualización permanente de la lista de personas y relaciones potencialmente tóxicas. «Hemos añadido un apartado especial para las relaciones que emiten gases tóxicos», precisa.
«Hay peña que es puro veneno», concluye en su comunicado el Instituto Nacional de Toxicología.