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El Vaticano habilita un «Infierno de los perritos» para las razas peligrosas

EL PERRO DE LA MERMELADA SERÁ EL PRIMERO EN SER TRASLADADO ALLÍ

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La inexistencia de un «Infierno para los perritos» obligaba hasta ahora a admitir en el «Cielo de los perritos» a algunos ejemplares que, en vida, habían obrado de forma más que dudosa, mordiendo sin arrepentimiento y, en los casos más graves, sembrando la muerte a su alrededor. Por este motivo, el Vaticano ha confirmado hoy que, a partir del próximo mes de septiembre, los perros de raza peligrosa y aquellos que hayan tenido un comportamiento reprobable serán mandados al nuevo «Infierno de los perritos».

«Se trata de una granja en el infierno donde pagan por sus pecados y son obligados a desempeñar trabajos forzados y a alimentarse de sus propios excrementos», ha detallado esta mañana el prelado Carlos Iglesias, representante español de la Santa Sede.

La decisión de trasladar allí al perro de la mermelada de Riki Martin y, por defecto, a todos los canes considerados de raza peligrosa, ha provocado las críticas de los animalistas. Dolores Parmalat, portavoz en España de la asociación PETA, asegura que «los perros de raza peligrosa no tienen por qué obrar de forma pecaminosa si está bien educados», por lo que considera discriminatoria la medida, al tiempo que defiende al perrito de la mermelada «porque un perro, por bueno que sea, va a chupar la mermelada se unte donde se unte».

El Vaticano insiste en que la presencia de canes conflictivos en el «Cielo de los perritos» estaba amenazando la paz del lugar. El padre Iglesias añade como ejemplo el caso de Rex, el perro policía, que «no ha podido jubilarse ni después de muerto, pues día sí, día también, había movida».

Carlos Iglesias ha adelantado también a la prensa que el «Cielo de los perritos» admitirá a los perros guía «todas las tardes de cuatro a ocho» para que estos animales puedan descansar como merecen después de guiar a los invidentes que residen en el Paraíso.

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