Los ganaderos de res autóctona han sacrificado en lo que va de año cerca de 3.000 animales con el argumento de que es imposible mantenerlos si se suspenden los festejos taurinos. Para evitar más muertes de toros, la Administración Pública ha anunciado hoy que sacrificará a estos empresarios con razas criadas para el espectáculo para que no acaben con la vida de estos animales, argumentando que el Gobierno tampoco puede mantenerlos a ellos con subvenciones.
«Es la única solución viable para poner fin al sufrimiento tanto de las reses como de los empresarios taurinos, siendo imposible celebrar los festejos taurinos en los que los animales sufren y donde, además, pueden producirse contagios», anunciaba esta mañana la Conselleria de Desarrollo Rural del Gobierno valenciano.
El representante de la Federación de peñas de «bous al carrer», Vicente Nogueroles, ha criticado que les quieran «poner la inyección» en las mismas instalaciones en las que ellos mismos están matando a los toros. «Sin empresarios taurinos, los toros se extinguirán igualmente», agrega amenazante.
Dolores Parmalat, portavoz en España de la asociación animalista PETA, ha tildado de «dura pero razonable» la decisión de la Administración, argumentando que «es justo que se sacrifique a quienes convirtieron en un negocio rentable la tortura animal y además es la mejor forma de acabar con ella».