Lo que empezó como un inocente juego está provocando un importante quebradero de cabeza a la Policía Nacional. La semana pasada, varios agentes se pusieron a jugar al escondite con un niño para distraerlo mientras sus padres hacían unas gestiones, pero el niño se ha escondido tan bien que la Policía se ha visto obligada a ordenar su búsqueda y captura.
Los agentes han tenido que pedir refuerzos porque ya han peinado toda la comisaría y toda la casa del niño pero no hay manera de encontrarlo. “Nos va diciendo ‘frío’ y ‘caliente’, pero ni así”, lamenta el inspector Javier Goitia Rey, jefe del operativo encargado de las partidas de escondite. “El niño va dos o tres pasos por delante. ¡Claramente está jugando con nosotros!”, ha gritado el inspector a sus hombres.
A la Policía le preocupa que su imagen se deteriore a causa de este asunto. “Si ven que no podemos ni encontrar a un niño con el que jugamos al escondite, ¿cómo va a confiar la ciudadanía en que encontremos a los delincuentes?”, se preguntan los agentes. Cada hora sin encontrar a la criatura aumenta el desprestigio de las autoridades. «Es muy bueno el maldito niño, necesitamos la colaboración ciudadana”, insisten los policías, cansados de buscar por toda la casa y ya totalmente desesperados.
No es la primera vez que la Policía Nacional tiene problemas de este tipo. En el año 2016 cinco agentes tuvieron que ingresar en prisión tras perder jugando a policías y ladrones con unos niños.