Avisados por su marido, dos sanitarios se personaron ayer en un domicilio de la calle Villarroel después de que una mujer, Cori García Hernández, natural de Reus, volviera accidentalmente a los ocho años tras aplicarse demasiada crema antiedad y fuera incapaz de regresar a su estado anterior. “Escuché llantos raros en el baño y al entrar no estaba mi mujer, sino que estaba esta niña berreando y varios botes de crema antiedad completamente vacíos”, explica Abel, su marido, que ahora no sabe qué hacer.
“Ahora iré con ella por la calle, le diré a la gente que es mi señora y me van a decir de todo. Tendré suerte si no acabo en la cárcel”, se lamenta el hombre, que tuvo que darle una piruleta a su mujer para que se calmara. “Ha dejado de llorar y le he puesto los dibujos mientras intentamos averiguar algo, pero los de la marca de la crema no responden, me estoy planteando denunciar”, comenta.
“A mí me gustan los elefantes y jugar con mis amigas y la clase de gimnasia pero no las mates ni tampoco ir a misa”, se ha limitado a decir Cori.
Según explica, en el Servicio de Información Toxicológica le dijeron que los efectos se pasarán con el tiempo, conforme vayan pasando los años.