El Consejo de Ministros ha aprobado el plan de ayudas a la automoción, denominado Moves, dotado con 100 millones de euros, y que pretende no solo reforzar la industria del automóvil sino “hacer que chane más” y permita sustituir todos los coches sosos, aburridos y sin personalidad de la actualidad “por coches troneros”. Las subvenciones, pues, pueden llegar hasta 5.500 euros y permiten únicamente instalar “aleronacos, llantacas, tubarros, neones y pegatinas con motivos de fuego o mamíferos de la familia de los felinos”.
Pedro Sánchez, que considera que el paquete de medidas es muy generoso, ha dicho que el objetivo es que los coches parezcan “to racing” para que, cuando vengan los turistas a España, comprueben que los ciudadanos tienen “coches de puta madre que proyecten una imagen de solidez económica que llame a la inversión”.
El Gobierno también ha confirmado que no habrá subvención para vehículos eléctricos, dado que son en su mayoría coches “poquipotentes” que no hacen nada de “ruidaco” y por lo tanto carecen de utilidad “a la hora de ir al polígono a hacer botellón y escuchar buena música con las puertas del coche abiertas y tronando”.
El presidente ha animado a los que quieran comprarse un coche eléctrico que no hagan el ridículo y que, para comprarse “un coche a pilas”, se compren un patinete directamente. Y les ha aconsejado también que se pongan “casquito y rodilleras, no vayan a caerse y arañarse esas piernecitas delicadas de poeta”.